La Fundación Bosch Aymerich convoca la primera edición del Premio de Escultura con el objetivo de contribuir al fomento de la creación artística y, en particular, de la escultórica. Entender la escultura vinculada al espacio arquitectónico es asumir su capacidad de transformarlo e interactuar con la ciudadanía que lo habita. Este diálogo genera un sentimiento de identificación y aporta calidad y relato al espacio. Con el premio, la Fundación propone visibilizar y realzar este diálogo, en un contexto urbano que tiende hacia la estandarización y pérdida de identidad.
La vinculación entre arquitectura y escultura estuvo muy presente en la obra del arquitecto Josep Maria Bosch Aymerich, desarrollada durante la segunda mitad del siglo XX. Es habitual ver en sus proyectos elementos escultóricos que conviven con los arquitectónicos, ya sea en fachadas, espacios públicos interiores o exteriores. Destacan la sede central del Banco de Madrid en la carrera de San Jerónimo, en la que colaboró con el escultor José Luis Sánchez, autor de los murales de la fachada y del vestíbulo. También el edificio de Caixabank en el Passeig de la Castellana, donde además de proyectar una fachada escultórica colaboró con el escultor Manel Álvarez. Otro ejemplo es la antigua sede de CAMPSA en la calle Capitán Haya, donde colaboró con Manuel Viola y Andrés Galdeano para llevar a cabo el mayor mural cerámico de Madrid. El Jurado de esta primera edición ha sido integrado por Ainhoa Grandes, Presidenta de la Fundación MACBA y presidenta del Jurado; Ana Vallés, Presidenta de Sorigué y de la Fundación Sorigué; Nimfa Bisbe, Directora de la colección de arte contemporáneo de la Fundación La Caixa; Asier Mendizabal, artista y profesor de escultura en KKH, Royal Institute of Art de Estocolmo y Andrés Escarpenter, Patrón de la FBA.
Un total de 164 obras optaban al premio en esta primera edición, correspondientes a 164 artistas provenientes de casi todo el territorio estatal, con perfil heterogéneo: tanto jóvenes con trayectoria incipiente como escultores y escultoras consolidados. El Premio está dotado con 30.000 €, destinados íntegramente al/la artista ganador, sin compromiso de cesión de obra. Se trata de un premio único en nuestro país, centrado en apoyar la creación artística.
El artista Sergio Prego (Donostia, 1969) ha sido el ganador de la I edición del Premio de Escultura Fundación Bosch Aymerich, con la obra “Trece a Centauro”, realizada específicamente para el Museo de Bellas Artes de Bilbao en el año 2022. Ubicada en el edificio antiguo del Museo, convive con su proyecto de ampliación arquitectónica. Ocupando las salas que quedan más comprometidas por los trabajos de la obra, en un momento en el que la arquitectura toma un protagonismo inusual en el espacio.
El Jurado, que ha escogido la obra por unanimidad, destaca la estrecha relación de la obra con la temática del certamen, dado que “reúne de forma excepcional los parámetros establecidos en sus bases, solucionando la complejidad del espacio desarrollando una experiencia de la escultura en relación a la arquitectura”. Por eso, “realiza un gesto contundente tanto espacial como conceptual, transformando la percepción y el tráfico de los visitantes por las salas”.
La instalación “Trece a Centauro”, que es visitable hasta noviembre de 2024, se compone de una secuencia de 14 módulos neumáticos de gran escala, dimensionados a medida de las salas del Museo que los acoge, con el objetivo de transformar la percepción de las mismas. La membrana de los módulos toma el tetraedro como modelo abstracto para su estructura.
El trabajo del artista vasco Sergio Prego experimenta con el concepto de lo esculptórico a través de la expansión del concepto de escultura en el espacio y la amplificación de la relación con el cuerpo. Prego pertenece a la generación de artistas de la tradición escultórica de finales de la década de los noventa, que reconoce la importancia de la performatividad a la hora de generar sentido y contexto en la obra.