El proyecto educativo Arrels Escuela Bosque es un espacio donde el entorno de aprendizaje es la naturaleza, y donde se respetan los ritmos y procesos de los niños de hasta 6 años. Es un proyecto educativo no homologado inspirado en las escuelas al aire libre del norte de Europa, donde se da mucho valor al juego espontáneo en entornos naturales como forma de aprendizaje y crecimiento personal y colectivo. También se orienta hacia una forma de acercarse a la ecología desde la propia vivencia creando mayores vínculos y más conciencia de las acciones de las personas hacia el medio.
Este tipo de proyecto apenas ha empezado a introducirse en España y en Cataluña, donde se cuenta alrededor de 50 proyectos al aire libre, pero ya funciona desde hace décadas en países del norte de Europa (Finlandia, Noruega, Dinamarca, Alemania,…) donde este modelo educativo está reconocido por la administración pública. Ya ha generado numerosos estudios científicos en los que se muestran las ventajas que derivan del contacto diario con la naturaleza para el desarrollo motor, sensorial, cognitivo, social y psicológico de los niños, así como para su salud física y mental. Y desde el punto de vista más curricular, a estos niños y niñas no hace falta contarles la naturaleza, porque la viven a diario.
El proyecto pedagógico de Arrels Escuela Bosque está gestionado por la Asociación para la infancia, la educación y la naturaleza Arrels, entidad sin ánimo de lucro, y es el cuarto curso escolar que está en funcionamiento. Cada año las plazas han ido en aumento, hasta que se encuentran en un momento en el que hay familias en lista de espera para el próximo curso. Necesitan ampliar el refugio con la construcción de una pequeña cabaña de madera con el mínimo impacto social.
La Fundación Bosch Aymerich ha colaborado económicamente para ayudar a la ampliación del nuevo refugio que acogerá otras 18 plazas para fomentar el proyecto educativo de Arrels que se trata de un contexto de aprendizaje competencial efectivo, de desarrollo de las potencialidades propias y de la autonomía individual en el marco de una sociedad más humana, holística y creativa.
En este espacio se quiere acompañar al niño de forma respetuosa dejando que sea él mismo el protagonista de todos sus aprendizajes, respetando sus propios procesos y ritmos. Todos los niños nacen con un instinto innato de querer explorar y descubrir cosas, aprender, y el juego libre es uno de los motores de este aprendizaje. El otro motor fundamental para que se dé este aprendizaje espontáneo es el contacto con la naturaleza y el aire libre.
Actualmente están yendo a vivir familias nuevas a la Cerdaña, algunas con proyectos propios, otras motivadas por un cambio de vida más rural y en contacto con la naturaleza y otros motivos.
Este proyecto promueve que familias de fuera vayan a vivir a pueblos de la Cerdanya, y también ayuda a enraizarse en el territorio, dando respuesta a la educación de sus hijos e hijas y apoyo a las familias.
